Carta abierta de un trabajador a Ángel Rodríguez Lagunilla, director de la factoría de Valladolid.
En el nº 22 de la publicación «El Mundo En Una Daily» que se reparte con la nómina del mes en la factoría de Valladolid, me parece curioso como se compara el orgullo de los trabajadores con el del alfarero, cito textualmente: «Todos los que aquí trabajamos compartimos, lo creo con toda sinceridad, la sensación de orgullo cuando vemos una Daily por la calle, y la sentimos como parte de nuestro esfuerzo, de nuestra dedicación. Como un alfarero que crea algo vivo...»
Para empezar comenzaré a explicar un ritual que realizan los alfareros de las culturas aborígenes de América:
El maestro y viejo alfarero, ya en el ocaso de su vida y como legado a su joven discípulo, realiza su más importante obra en arcilla. Sin nada escrito, sin patrones de diseño, será la más hermosa que jamás haya realizado y se la regalará a él.
El joven alfarero y aprendiz, sin más nada que aprender, rompe junto con su maestro la vasija que éste le había obsequiado. Recoge los pedazos más pequeños, los tritura y los introduce en la arcilla fresca para confeccionar otra, distinta, nueva pieza de alfarería.
No se si conocerá algún alfarero, no se preocupe, le hablaré de Paco Tito, es uno de los últimos alfareros que utiliza el torno de tipo árabe en este país. También tiene un taller-museo de alfarería llamado «Memoria de lo cotidiano», en la que se pueden ver reproducciones de piezas tradicionales de la alfarería ubetense. El museo tiene la particularidad de ser viviente, es decir, mientras ves la exposición también ves a Paco Tito y a su hijo, Juan Pablo como trabajan. ¿Por qué menciono a Paco Tito? Porque en su web describe perfectamente el espíritu del alfarero, el oficio de alfarero: » Las manos no solo modelan el barro, también dan forma al interior vacío, y nos parece que esa mano que se hunde hasta la muñeca en la arcilla, para trazar su concavidad estuviera buscando algo dentro de ella, en su fondo tal vez el corazón mismo de la palpitación de la materia».
La arcilla es un material tan noble que se deja hacer casi todo lo que se imagine, pero pone sus límites. ¿Sabe como se realiza una pieza? Lo mas conveniente es comenzar realizando una bola de arcilla que entre en el hueco de la mano. Comenzamos hundiendo en el centro el pulgar y desplazándolo hacia afuera de manera de ahuecar la bola como primer paso. Luego, tomando los bordes con el pulgar y el índice, lo vamos estirando hacia afuera y hacia arriba como si hiciéramos un plato hondo. Cuando decidimos que está terminada la pieza, el espesor de la pared que debe haber quedado parejo, no debe ser menor de 3 milímetros ya que cedería a la ley de gravedad transformándose en un disco plano o no resistiría el horneado ya que sería demasiado frágil, ni mayor de 6 mm ya que quedaría tosco y desproporcionado. Cuando hablo de grosor de las paredes también se incluye la base.
Si abrimos mas las paredes hacia afuera podemos realizar piezas como ceniceros, platos para masas, fruteras, etc. Si en vez de estirar hacia afuera lo hacemos derecho hacia arriba lograremos piezas tipo bol o maceteros o fuentes hondas. Si estiramos la arcilla hacia arriba y hacia adentro obtendremos un bol panzón si es de una masa grande, o un tazón, depende del tamaño de la bola de arcilla.
Un alfarero se sienta enfrente de un montón de arcilla con una rueda que gira; su mente se encuentra concentrada en la arcilla, pero también está frente a sus experiencias pasadas y los prospectos futuros. Sabe exactamente qué no ha funcionado bien en el pasado y tiene un íntimo conocimiento de su trabajo, sus capacidades y el mercado. Como un artesano, siente en lugar de analizar estas cosas. Su conocimiento es tácito, todas las cosas que trabajan en su mente y en sus manos son expresadas en la arcilla. El producto que emerge de la rueda que gira es como una tradición de su trabajo pasado, pero en cualquier momento puede desviar su esfuerzo hacia otra dirección. De esta manera su pasado no es más que presente proyectándose a sí mismo hacia el futuro.
¿O acaso su visión del alfarero corresponde a la del pensamiento estratégico? Porque creo que eso es la escuela de Mintzber, Esta escuela considera que al ser el entorno tan turbulento, resulta demasiado arriesgado formular una estrategia pretenciosamente óptima/infalible, por lo que va teniendo en cuenta, continuamente, los acontecimientos que van apareciendo, de donde la estrategia definitiva o ejecutada, emerge por evolución de la estrategia formulada, que resulta modelada por los acontecimientos. En definitiva, la estrategia emergente es una estrategia creativa. Esto hace que el proceso seguido por este enfoque tenga un carácter retrospectivo. Es como reinventar la estrategia a la vista de los acontecimientos de cada día. El rasgo más conocido del modelo de Mintzberg es la llamada metáfora del alfarero, donde el alfarero protagonista es el estratega, la arcilla se identifica como la estrategia, y la acción de modelar se lleva a cabo, igualmente, decisión tras decisión.
¿Alfarero o director?
El alfarero transforma su materia prima en creación propia. Su obra, producto de su talento, es una expresión de arte, de belleza, de necesaria utilidad para el ser. Trabaja la arcilla posiblemente empleando ideas de otros que contribuyeron a orientar su inspiración. Pero, el resultado es una pieza particular y específica fruto de la nada.
El director basa sus ideas en mandatos de otros que están por encima de él. Que vive de su autoadoración aparecida en periódicos, televisiones locales y en sus subordinados, y que carece de talento propio. Es incapaz de sembrar su propia semilla para recoger frutos inéditos. Sus ideas son prótesis que se agregan a su cuerpo pero sin pertenecerle. Basa sus reflexiones en citas de la creación de otros, y que pretende que sean repetidas por otros.
No nos venda en sus escritos llenos de citas, en lo que no creemos: en la competencia, en la gran familia que formamos Iveco, que cada operario da una media de 14 sugerencias, que no hay accidentes ni derroches en la factoría, y todo ello siempre realizado con el menor esfuerzo posible. El esfuerzo le ponemos los que, y en sus propias palabras respecto a la concesión de la medalla de plata WCM: «…lo han hecho todas las personas que trabajan en la planta, verdaderos artífices del cambio, trabajando en equipo, aportando ideas y sugerencias que sintetizan el motor de la mejora. Por detrás quedan muchos esfuerzos encaminados en este rumbo.» Y sin embargo se nos desprecia, infravalora,… Como pequeño ejemplo, se alaba el esfuerzo por conseguir la medalla de plata del WCM con 61 puntos y sin embargo no se quiere dar la paga de calidad a la plantilla del año 2010.
No nos vea, vease solamente usted y su equipo, veanse como lo que son, hombres grises de la novela Momo. Extraños personajes, vestidos con un traje gris, un bombín gris y en su boca siempre un cigarro gris. Los hombres grises van por las líneas sin llamar la atención, buscando sus víctimas. Su objetivo es robar el tiempo a todas las personas que puedan, almacenar ese tiempo para ustedes. Los afectados por este plan de los hombres grises, querran gastar el menor tiempo posible en ellos, en su familia y darán el mayor tiempo a la empresa. Cuanto más tiempo dan, más tiempo necesitaban para seguir dando, de manera que se crea un círculo vicioso.
Javier Martín Pastor.
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