Después de una vida trabajando a vuestro lado, ha llegado el momento de despedirse, por más que nos pese.
Unos cuantos abrimos una nueva etapa, no buscada, en Valladolid; no es la mejor salida, pero tampoco es la peor, a falta de nada.
El tiempo pasa, y lo que ahora es un problema, al desplazar vida y familia a otras tierras, lejos de los nuestros; es una nueva experiencia, que estaba escrita en nuestros destinos y que estoy convencido que traerá algún que otro beneficio.
Allí estaremos trabajando con nuevos compañeros con similares cualidades humanas que los que dejamos atrás, no mejores; ya que el nivel está muy alto; y algunos, lo menos, no tan buenas; pero cuando nos conozcan, en seguida se darán cuenta, que no somos nosotros los causantes de esta situación y que lo que deseamos es tener paz y no molestar.
A los que dejamos en estas tierras catalanas, (mal llamados polacos en otras latitudes) los prejubilados, o indemnizados, me gustaría que mantuviésemos contacto con todos y cada uno de ellos, y saber los uno de otros, quedando de vez en cuando, aplicando para ello, lo que se nos brinda hoy, que son los direcciones de correo electrónico, móviles, redes sociales, etc.
Para aquel, que dice en TV3 «que con 51 años,le ha tocado la lotería«, decirle que la lotería ya le había tocado antes, al ser empleado de recursos humanos; pero al abrir la boca, se ha equivocado (¿voluntario o involuntario?; y que en ningún momento, representa al colectivo de compañeros prejubilados que dejamos aquí; y que, unos en mejores condiciones (mayor edad) y otros (mas jóvenes) en situación más traumática; contra su voluntad, dejan la actividad en la empresa, en el momento en que mayor capacidad laboral podían ofrecer a esta, ya que su experiencia, madurez, habilidad y años de oficio, nos ayudaba a aprender de ellos cada día, algo nuevo.
Para los compañeros que abandonan a todos los efectos la empresa; decirles que mucha fuerza y mucho ánimo, al ser tan valientes, e iniciar una nueva etapa en estos tiempos tan complicados. Que en cualquier momento me tendrán a su lado en lo que necesiten. «Con un par y pa’lante», como se suele decir.
Y para esos que han provocado esta situación, su falta de interés, profesionalidad y de estilo, les pasara factura, porque no es ninguna medalla que en tu currículum figure que has cerrado una empresa, y menos una empresa con el nombre de PEGASO. Lo valorable, es saber mantener a esta en los momentos de dificultad, porque cuando hay buenos épocas de trabajo, y tienes buenos trabajadores y un buen producto, cualquier ingenierillo que copiase en los exámenes, puede salir adelante, y no huir a Sudamérica como ha sido el caso, dejando el pastel que ha dejado.
Gracias compañeros por vuestra amistad y apoyo.
Un abrazo a todos y un besos a todas, esperando seguir allí donde estemos, juntos y unidos como hasta ahora.
Barcelona 23-07-2011.
Adiós compañeros.
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